viernes, 13 de noviembre de 2009

La Primera Década de los Dosmiles (Segunda Parte)

Puedes leer la primera parte de este articulo en el apartado de HISTORIA de este mismo blog:
http://eurovicio.blogspot.com/search/label/HISTORIA




COPENHAGUE 2001: El Este se impone.

La capital danesa alberga, por segunda vez, un eurofestival, despues de casi 40 años, siendo, su sede, el Parken Stadium, hasta la fecha, el mayor auditorio de la historia eurovisiva.

Debido al sistema de clasificaciones, vigente en aquel entonces, que tenía en cuenta la media de puntos de los últimos 5 años, siete paises, que habían participado en el 2000, cedieron su puesto a otros que no pudieron hacerlo, por el mismo motivo, en la edición anterior. Por otra parte, el Big Four, por primera vez, aparece ya directamente clasificado, independientemente de los puntos obtenidos.

El intermedio musical fue protagonizado por dos grupos que estaban de moda en Europa aquel año, Aqua y Safri Duo. Se impone, además, desde este año, la costumbre de que el ganador del año anterior inagure el festival volviendo a cantar el tema con el que, el pais anfitrión, ganó en la edición pasada y trayendo alguna sorpresa musical más.

Siguiendo el estilo que impusieron sus antecesores suecos, comenzó una nueva edición del festival, con 23 paises participantes, con una gran variedad de estilos y varias figuras cuyas actuaciones, pasaron, con el tiempo a considerarse míticas.




Grecia, Francia, Dinamarca, Malta y España sonaban como las grandes favoritas, de aquella edición, para hacerse con el triunfo. Todas ellas acabaron muy bien situadas en los primeros puestos de la tabla. Pero, contra todo pronóstico, fue finalmente Estonia quien, de forma totalmente inesperada, ganó el festival de aquel año. Con esta victoria, por primera vez en la historia, un pais del Este, además de un pais no histórico-tradicional, conseguía ganar el certamen.

Como curiosidad, hay que decir que los representantes de Grecia (Helena Paparizou) y de Malta (Fabrizio Faniello) volvieron a repetir experiencia eurovisiva años más tarde, corriendo suertes muy diferentes. La griega ganó el festival de 2005 mientras que, el maltés, quedó último, en el 2006, con un solo punto.

Tambien debemos recordar que la canción sueca, que quedó 5ª, fue acusada de plagio ya que era idéntica a la que llevó la representante belga de 1996. El caso fue tan evidente y descarado que los tribunales certificaron dicho plagio.

En España, aquel año, se vivió con esperanza e ilusión.




El público había elegido, en nuestra preselección nacional, Eurocanción 2001, a un joven David Civera que, aunque luego se haría muy popular, por aquel entonces era tan solo conocido por colaborar en programas de televisión, versionando antiguos temas musicales. La canción "Dile que la quiero" empezó a sonar fuerte en toda España, era la primera vez, en muchísimos años, que un tema eurovisivo-español se hacía popular en los meses previos al festival. Además, ya dentro de la semana eurovisiva, nos llegaban rumores bastante fiables de que en Copenhague muchos veían a nuestro tema como ganador de aquel año.

Lamentablemente, no pudo ser, pero, aún así, nos dejó una actuación impecable, llena de fuerza, una de nuestras representaciones más valoradas internacionalmente, y un sexto puesto que, a día de hoy, es la mejor posición que ha obtenido nuestro pais en los últimos 13 años.





TALLIN 2002: Apostando por lo visual

Por primera vez el eurofestival se celebraba en un pais que, todavía, nos sonaba "extraño". Desde principios de los 90 se habían ido incorporando una serie de nuevos paises surgidos de las extintas URSS y Yugoslavia. Casi una década despues, uno de ellos, Estonia, se haría con el triunfo y, su capital se encargaría de organizar la edición del festival de este tercer año de la década.

En este festival, la UER decide volver a implantar el sistema de clasificaciones para el año siguiente que ya se usó en el 94 y en el 95, con el que, directamente, los últimos clasificados quedaban eliminados, dejando su puesto a nuevos participantes, hasta completar los 25 participantes que consideraron como tope.

El estadio Saku Suurhall, construido el año anterior, fue el auditorio que acogió a los representantes y espectadores de aquella edición.

Precedidas de unas simpáticas postales de presentación inspiradas en cuentos infantiles, pudimos disfrutar de todas las actuaciones de la noche, en una edición que batió records de audiencia en Suecia, Malta y, sorprendentemente, en España, que consiguió, con la emisión de este programa su más alta cuota de audiencia en toda su historia.

Por primera vez, tras casi 20 años de victorias y exitos, Irlanda no participa, por culpa de la posición obtenida tras su última intervención. Definitivamente, el gigante eurovisivo se había derrumbado. Y esto tan sólo era el comienzo de lo que en, tan sólo unos pocos años, iba a suceder en todo el, llamado, bloque histórico-tradicional.




En esta edición pudimos disfrutar, por primera vez de Karolina Goceva, vistiendo un original y espectacular vestido-coraza, y que volvería a representar, 5 años más tarde, a su pais, la ARY de Macedonia, en el Festival de Helsinki.
La nota simpática y divertida de la noche la pusieron las representantes eslovenas, con su trans-glamouroso show, mientras que Rumanía le puso al festival la nota más seria y dramática con una bellísima balada de corte clásico que brilló, entre tanta "modernidad" y consiguió acabar muy bien clasificada.
Las grandes favoritas de la noche, entre ellas, Suecia y, sobre todo, Malta,no consiguieron hacerse con el triunfo.
Por segundo año consecutivo, un tema, por el que, antes del festival, muy pocos apostaban y que tambien, esta vez, nos llegaba desde el bloque del Este, conseguiría convertirse en el inesperado ganador. Aunque, en esta ocasión, la victoria, fue más aceptada y merecida ya que Letonia, en su tercera participación, consiguió sorprender, a público y telespectadores, con "I wanna" un espectáculo interpretado y protagonizado por Marie N, visualmente muy atractivo y que consiguió eclipsar al tema musical en sí mismo.
Esta victoria traería consecuencias y repercusiones que siguen vigentes, aún, en la actualidad. A partir de este momento, la puesta en escena ganaría importancia en las representaciones y determinaría, en muchas ocasiones, las posiciones en los resultados finales.




En España, este año se convertiría en el año eurovisivo por excelencia. Todavía con el furor de el exito de Civera en Copenhague, TVE estrena un nuevo formato televisivo con un programa que, enseguida, fue comprado por gran cantidad de cadenas televisivas de todo el planeta. Se trataba de OT, Operación Triunfo, un reality show, inspirado en el popularísimo Gran Hermano, pero que se alejaba de la frivolidad de este, para centrarse en la evolución, día a día, de un grupo de jóvenes cantantes a los que se les prometía, tras el paso por el programa, la puesta en marcha de su carrera discográfica y el convertirse en el representante español del Festival de Eurovisión que se celebraría, al año siguiente en Tallin.

La emisión de este programa llegó a ser todo un fenómeno social y tema central de todas las conversaciones del momento. Paralelamente,sobre todo en la última etapa de este concurso, y de un modo absolutamente inusual, el interés y veneración de los españoles hacia el eurofestival derivó hacia un estado, casi, de fanatismo nacional.

De entre todos los concursantes de esa primera edición de OT, destacó Rosa López, una granadina de bellísima voz que desbordaba ternura y sencillez por todos los lados. Rosa de España, como se la bautizó popular y cariñosamente, luchó, además, en directo por ponerse en forma físicamente y mejorar su imagen, con lo cual nos ofreció una auténtica versión televisada de "La Cenicienta"

Fue ella la ganadora de aquel OT-1, y tambien la elegida, por la audiencia, para representarnos en Estonia. Acompañaron, a Rosa, en los coros, cinco de sus compañeros de programa y, entre todos, nos hicieron vivir una emocionante sensación, muy difícilmente repetible, la de que, aquella noche, toda España era eurofan.





Finalmente, esta vez, tampoco pudo ser.
Hay quien dice que el tema no era el más adecuado para ella, otros que la puesta en escena dejaba mucho que desear... pero en todo caso, pienso que el motivo es lo de menos. Con su 7º puesto obtenido, España se mantenía en esas primeras posiciones, muy cerca de la victoria, alentándonos a volver a intentarlo, con ilusión, el siguiente año. Nuestro pais había entrado en una entrañable, aunque breve, edad dorada.
Yo, me quedo con eso, y tambien con los grandes momentos de euforia general vividos y el recuerdo de la promoción e interés que la TVE de aquel entonces dedicó a nuestra representación, señal de que cuando se desean hacer bien las cosas, pueden hacerse y, así, los resultados siempre serán buenos y positivos.




RIGA 2003: El último festival clásico

Aunque, en ese momento, todavía no lo sabíamos, la noche del 24 de mayo de 2003, en la capital Letona dió comienzo el último festival con formato clásico de la historia.

A partir del año siguiente, con el propósito de deshacerse del molesto sistema de descalificaciones de paises de un año para otro y, así, permitir la presencia de todos los participantes que lo desearan en cada edición, la UER impondría el sistema de semifinales eurovisivas previas vigente, aunque modificado, hasta la actualidad.

Marie N, ganadora del año anterior, y Reynard Cowper, miembro del grupo Brainstorm que representó con éxito al pais anfitrión en su debut, dos años antes, se encargaron de dar la bienvenida a toda Europa al "Planeta Música" (el Skonto Olympic Hall, sede de la gala) desde el que presentaron y condujeron la 48ª edición del eurofestival.

El seguimiento y la información sobre el festival, a través de internet, que, de forma más o menos tímida y modesta, había surgido unos años antes, comenzaba tambien a reforzarse y a hacerse cada vez con más seguidores.
Un fenómeno que seguiría evolucionando hasta el día de hoy en el que, el binomio eurovisión-internet, resulta indispensable para cualquier seguidor del evento.

Batiendo records de participación (26 paises!!!) y con el debut de Ucrania, el festival de Riga ofreció una gala de gran calidad.
No es casualidad que, este festival, salga mencionado siempre que se habla de los "mejores festivales de la historia". Un festival en el que se habían asimilado todos los cambios surgidos en años anteriores y en el que ya se atisbaba, o intuía, que una nueva era estaba a punto de comenzar. Eurovisión no sólo había resurgido de sus cenizas, sino que, además, se había convertido en un gigante de colosales dimensiones.




La edición letona del eurofestival no estuvo libre de sorpresas, como por ejemplo ese histórico "0 puntos" con los que se quedó el Reino Unido, un pais acostumbrado, en su larga trayectoria, a terminar siempre en los primeros puestos de la tabla o, en el peor de los casos, en posiciones medias-bajas. Se rumoreó, por aquel entonces, que se trató de un boicot para condenar la intervención y apoyo británico a Estados Unidos en Irak, aunque, lo cierto es que, el duo Jemini, no estuvo particularmente brillante aquella noche.

Sorprendió, tambien, ese 6º puesto que obtuvo Austria, con Alf Poier,un simpático friki, que además se hizo muy popular, y que consiguió hacerse con uno de los ansiados puestos del top 10.

La gran mayoría de seguidores del evento no pudimos entender las posiciones obtenidas por Portugal y Letonia. Ambas quedaron atrapadas en las 5 útimas posiciones del tablero. El pais ibérico, en la maravillosa voz de Rita Guerra, llevaba una de sus mejores propuestas de la historia aunque, en los votos, muy pocos supieron valorarla. Letonia, por su parte llevaba tambien una buena apuesta que, ni siquiera, por su condición de anfitrión, como venía siendo habitual hasta entonces, fue reconocida por el resto de participantes.

Los polacos Ich Troje alcanzaron la 7ª posición y volvieron a intentarlo en 2006 aunque, en esta última ocasión, no consiguieron pasar de la etapa de semifinales.

El escandaloso duo t.A.t.U. ( a quienes en la última edición del festival, en Moscú, volvimos a ver en una sorprendente colaboración cantando junto al Coro del Ejército Ruso), que junto a España eran unas de las favoritas a la victoria de aquel año, causaron un gran impacto. Las dos jóvenes que ya eran conocidas internacionalmente antes de su paso por el festival se hicieron con el tercer puesto.

Y, aunque ya, por aquel entonces, estas cosas no escandalizaban, cabe tambien mencionar el provocativo y desmesurado escote de la cantante griega que, lamentablemente, parece ser que desvió la atención de los votantes de su voz hasta su canalillo...

Finalmente fue Sertab Erener, representante de Turquía, quien, con su tema "Everyway that I can" quien se hizo con el triunfo. Un tema lleno de fuerza étnica y de raices que supuso tambien, y puso de moda, a partir de este año, la entrada de temas con base folclórica en el eurofestival.




Se trataba de la primera victoria de este pais que llevaba participando en el festival desde 1975 y que, hasta ese momento, tan sólo había entrado en el top 10 en 3 ocasiones, siendo, su mejor puntuación el 3º lugar obtenido en 1997.
Se convirtió, además en el sexto pais de la cuenca del Mediterráneo en hacerse con ese triunfo, la décima victoria mediterránea de la historia del eurofestival en sus, por aquel entoces, 48 años de existencia.
Desde este momento tanto Turquía, como los ritmos étnicos, se impondrían como moda y tendencia en Eurovisión.

Hay que aclarar, de todas formas, que la victoria turca estuvo muy reñida y fue conseguida, finalmente, por tan sólo dos puntos de diferencia con respecto al segundo clasificado, Bélgica.




El grupo belga Urban Trad, con la presencia de la española Verónica Codesal, interpretó "Sanomi" que supuso el primer tema cantado en un idioma ficticio en Eurovisión. Curiosamente, cinco años más tarde, Bélgica volvió a intentarlo con otro tema, tambien con idioma inventado, "O julisse" del grupo Ishtar, aunque, esta vez no consiguiron, ni siquiera, pasar a la final.
La, finalmente no lograda, victoria belga hubiese supuesto el segundo triunfo eurovisivo de este pais que lleva presente en el festival desde su fundación en 1956.

España estuvo representada por Beth, salida de la segunda edición del programa-preselección Operación Triunfo, y lo hizo con el tema "DIME" compuesto por Andermay. La canción estaba entre las favoritas de aquel año y, de hecho, recibió, tras la celebración del festival el "Premio Marcel Bezençon" como mejor canción del Festival de Eurovision 2003. Y entró en el top 10 de la prestigiosa lista de éxitos internacionales Billboard. Artistas consagradas de Rusia, Finlandia e Israel hacen sus propias versiones de este tema que consiguen ser todo un exito en sus respectivos paises.




Sin duda, este tema, ha sido una de nuestras mejores y más grandes apuestas que no supimos aprovechar en todo su potencial.
El tema era moderno y actual, con ese toque tan identificativo añadido, sin caer en los tópicos, de la guitarra española. La puesta en escena, de lo más efectivo y de lo mejorcito de la noche. La canción, además, como hemos dicho, y como prueba su posterior repercusión, era una firme y seria apuesta para entrar, com mínimo en los cinco primeros puestos...

Pero algo falló.

En primer lugar, el cambio de los efectistas coros finales, masculinos en la versión original, por estridentes alaridos femeninos y la calidad vocal de nuestra representante que lo hizo peor que nunca, sin duda, restaron puntos a nuestra actuación que aún así, terminó en un muy honroso 8º lugar (no olvidemos que, en aquella edición, había más participantes-rivales que en ediciones anteriores)

Y es que nuestra catalanísima representante no le puso interés, o, al menos, esa es la sensación que dió. Se dedicó más a pasar el trámite, haciendo ofensivas declaraciones de que ella, en Eurovisión, se representaba a sí misma y, posteriormente, renegando, más o menos de su paso por el festival (olvidando que fue España quien la lanzó a la fama y fue Eurovisión quien la proporcionó la mayor audiencia artística y profesional que jamás esta muchacha tendrá en su vida)

Luego, todo hay que decirlo, parece ser que debió arrepentirse y en ediciones posteriores apareció en algunos programas, dentro de la programación eurovisiva de TVE, para dar su apoyo a nuevos representantes, cosa que, si no lo hizo sólo con intenciones económicas y/o promocionales, la honra y enmienda, en parte, sus desafortunadas declaraciones anteriores.

Aún así, siempre es un placer volver a ver la actuación de Beth en Riga que, a pesar de todo, hizo vibrar todo el auditorio y a todos los que desde España le enviábamos, llenos de emoción e ilusión, nuestras más positivas energias.

En España, que no se llega, todavía, a entender que no sólo el primer puesto es un puesto bueno, las posiciones de Rosa el año anterior y la de Beth en el que estamos comentando, sentaron como jarro de agua fría y todo el furor eurovisivo fue calmándose. El sueño, recien empezado, de ver a nuestro pais entregado e implicado con Eurovisión, comenzaba a apagarse y terminaría de hacerlo el año siguiente con la representación de nuestro último "triunfito"... era demasiado bonito como para ser verdad, aunque mereció la pena vivirlo.

CONTINUARÁ...

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