Unas recientes declaraciones de Thomas Schreiber, responsable eurovisivo de la cadena alemana NDR/ADR, han resucitado el eterno debate eurofán "Elección Interna" versus "Preselección Pública".
"(...) la calidad de las canciones depende de las televisiones, no de los organizadores. De hecho hemos llegado a un punto de acuerdo para asegurar que el próximo año sea obligatorio para todas las televisiones que el intérprete se elija por el público aunque claro, siempre está la excepción a la regla y este año la banda Blue, que ha sido elegida internamente por la BBC, tiene muchas posibilidades de hacerse con el triunfo”
Hasta ahora, la UER, ha dejado total libertad a cada una de las televisiones participantes a la hora de escoger a su representante eurovisivo.
Originalmente, en el primer eurofestival, el de Lugano 1956, se exigía que los participantes hubiesen salido de una preselección pública televisada. Desde entonces, en sus más de 50 años de historia, hemos podido ver gran cantidad y variedad de procesos preselectivos que van desde la elección interna y hermética, por parte de los responsables televisivos del evento, hasta los sistemas más abiertos, cuyo resultado se ha dejado, integramente, en manos del público, pasando por complejos experimentos, que han corrido diferentes suertes, tratando siempre, de encontrar el proceso ideal.
Como es obvio, tal variedad, ha suscitado, y suscita, un intenso debate entre los seguidores del festival, dividiéndolos entre aquellos que apuestan y confían en la elección interna o "dedazo" (como popularmente se la conoce) y quienes prefieren arriesgarse con una preselección más abierta y popular.
Dicho debate es largo y complejo, aunque trataré de resumirlo con unas pocas frases.
Elección Interna.
Pros.- Una parte considerable de los paises que, últimamente, la utilizan,acaban muy bien posicionados en la tabla final de resultados y, generalmente, presentan temas que, independientemente de cómo acaben, están muy considerados internacionalmente y suelen convertirse en míticos del eurofestival. Por otra parte, este tipo de preselección evita situaciones incómodas, bochornosas y sorprendentes, como los intrusismos ajenos al festival que, lamentablemente, cada vez, están más presentes en estos procesos.Contras.- En plena era de las comunicaciones, con internet como gran nudo unificador y canalizador, este sistema impide que el seguidor del festival se implique y participe en el proceso.
Preselección Pública.
Como puede deducirse, los pros anteriores se convierten en los contras de este, y viceversa. El siglo XXI, sin duda ha supuesto que todos los seguidores del evento podamos tomar parte activa en Eurovisión. Hemos pasado de ser meros espectadores pasivos a tener, prácticamente, en nuestras manos todo lo que a este respecto se refiere, participantes y resultados, fundamentalmente. Y, probablemente, este sea uno de los factores más importantes que han hecho resucitar y mantener al eurofestival en el lugar en el que está, siendo todo lo que es hoy en día, uno de los espectáculos y programas televisivos más importantes de la historia de la televisión mundial. Por lo tanto, es totalmente entendible que la UER desee conservar y potenciar este valioso pilar que sustenta a su programa estrella.Preselección Mixta.
Existe un tercer grupo de preselecciones a caballo entre uno y otro modelo. Realmente se trataría de un subgrupo de las preselecciones públicas en los que la decisión interna de la televisión organizadora tiene un gran poder de decisión. Son procesos de selección interna que presentan un número muy limitado y estudiado de opciones que son, finalmente, expuestas a votación popular. Personalmente, y a pesar de no ser sistemas demasiado usados o extendidos, me parece el sistema ideal ya que reune gran parte de los pros de las dos opciones anteriores.Personalmente, y sobre todo debido a las irregularidades sufridas en las últimas ediciones de las preselecciones españolas, siempre me he inclinado hacia un "dedazo" de calidad, aunque tambien es cierto que cuando una televisión no pone todo su esfuerzo e interés, ni elecciones internas, ni preselecciones públicas... siempre estará predestinada al fracaso.
Con la posible instauración de esta nueva norma eurovisiva parece ser que sigue adelante el proyecto de Jon Ola Sand, nuestro nuevo supervisor ejecutivo, de unificar y desarrollar el proyecto de Eurovisión más allá de las tres citas (semifinales y final) del mes de mayo. Recordemos que, a partir del próximo año, será tambien obligatorio el uso de la cortinilla eurovisiva común en los programas, relacionados con el festival, que emita cada cadena participante. Una cortinilla que ya, este año, algunos paises, entre ellos España, ha usado en sus programas eurovisivos.
Volviendo al tema de las declaraciones de Thomas Schreiber, comentar que, realmente no entiendo algunas opiniones que, alarmadas, se han levantado contra esta posible norma, como si se tratase de una grave medida que pudiera cambiar el curso del eurofestival de forma notoria. Es más, no consigo verle la polémica o controversia.
Al fin y al cabo, a día de hoy, más del 75% de los temas participantes en el festival han sido escogidos a través de diferentes formatos de preselecciones públicas. Estamos hablando de algo que afectaría a menos de la cuarta parte de las delegaciones.
Yo creo que esta decisión no es nada negativa, o no tiene por qué serlo.
Eurovisión, aquí todos lo sabemos, es algo más que tres galas que se celebran durante una semana de mayo. Se trata de una serie de eventos que levantan pasiones desde más de seis meses antes de la cita y, lo que pretende esta posible nueva norma es institucionalizar de forma oficial todo el proceso eurovisivo desde su inicio, es decir, desde cada una de las finales nacionales que se celebren.
No olvido algo que he dicho más arriba y es que, gran parte de los "dedazos" han sido grandes apuestas que han acabado muy bien clasificadas, o se han consagrado como temas históricos e imprescindibles.
Pero tambien es cierto que para que exista un dedazo, tiene que venir con un compromiso y una seriedad por parte de la televisión que lo organiza. No es, para nada, lo mismo una Francia escogiendo a Patricia Kaas que una España eligiendo a las Ketchup.
Una preselección pública no tiene por que ir reñida con pérdida de calidad en la elección. Bastaría con que la televisión de turno pre-escogiera tres apuestas de similar calidad que garantizase unos mínimos de potencialidad, fuese cual fuese la elección final.
Si una televisión se lo propone, enviará una muy buena representación a Eurovisión, independientemente de que se elija internamente o se deje la decisión en manos del público. Por lo tanto pienso que esta decisión, de llevarse a cabo, no afectaría a los resultados. Francia, si quiere, podrá seguir enviando apuestas de calidad, como en los últimos años, y España, posiblemente, arriesgue, una edición más su participación con una nueva jornada de puertas abiertas. Eso sólo depende del interés que cada pais ponga en el ESC.
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